Capítulo
segundo
El
coche se puso en marcha, sumido en la más profunda oscuridad del
habitáculo, me cerebro daba vueltas y más vueltas, completamente
desnudo, esposado con las manos en la espalda, una gruesa anilla en
los testículos con un enganche para cadena, la cual también
llevaba, un collar de perro, si nos parara la policía... Que
vergüenza, eso pensaba, pero era lo que menos me importaba, me
preocupaba más lo que pasaría después, al sacarme de esa guisa del
maletero...
El
parar del coche y unas voces femeninas me despertaron de mis
pensamientos, por los movimientos del coche y la gran efusión con
que fueron recibidas por Ella me dio la sensación de que se
subieron al coche, cuantas eras, no lo sé, solo sé que mis
pensamientos cada vez eran más fuertes y difusos, contradicción de
una mente que no llega a coordinar los datos que está recibiendo.
Con ella ya tenía asumido casi todo lo que de ella proviniera, pero
…. Más gente por en medio, además mujeres.... Más contradicción
para mi, por un lado uno de mis grandes sueños era el ser violado
por muchas mujeres a la vez, sueño que con solo pensarlo ya era
capaz de correrme de placer y por otra vez, estar en un terreno
desconocido, con una mujer casi desconocida y que me entregué
totalmente como si estuviera hipnotizado, ahora en el maletero de un
coche, yendo a no se donde, solo la palabra “Excursión” me
retumba en la cabeza, ahora más mujeres se unen a la fiesta... Un
sueño que podría hacerse realidad, en algún lugar, varias mujeres
me tienen atado, indefenso, a su merced, sin escapatoria...
Por
un lado muerto de miedo, intriga, el corazón latiendo a todo gas, no
ha empezado el día y casi estoy agotado, vueltas y vueltas a mi
cabeza estoy dando y para colmo no se que habré desayunado, sigo con
el pene erecto y llevo varias horas así, es como si me hubiese
tomado una sobredosis de Viagra o algo parecido y lo único que
recuerdo es que era como una especie de papilla con madalenas y
orina, por lo menos por el color y sabor... ¿O había algo más ahí
dentro?
El
coche se detuvo, escuché bajar a las viajeras, le escuche a Ella
decir “Ahora veréis que maravilla de perro tengo, nos divertiremos
de lo lindo”. ¿Perro? Una de ella preguntó, sí, uno de dos patas
para entretenernos, ya verás.
El
maletero se abre, la luz casi me ciega, no veo nada que sea
descifrable, solo unas sombras con voces femeninas, antes de que me
diera cuenta me habían tapado los ojos otra vez.
Sal
del maletero perro, me ayudaron a sacar los pies y antes de bajarme
ya tiraron otra vez de la cadena de mis testículos, un dolor
insoportable recorrió todo mi cuerpo, otro tirón del collar me tiró
al suelo, todo mojado, me dio la sensación de que justo debajo del
maletero había todo un charco, pues quedé todo calado de agua,
incluso alguna entró en mi boca, alguien, alguna de ella se subió
encima mía, creo que debería ser para coger algo del maletero, pero
disfrutaba de giras todo su cuerpo con la bota de campo que llevaba,
eran rugosas y con el tacto de goma dura, cada vez que intentaba
girar parecía que me arrancaba la carne retorciéndola.
Empecé
a tener algo de frío, el agua y la temperatura no eran nada
agradables para ir desnudo por el campo, me pusieron algo por encima,
algo de plástico, a modo de chubasquero, pensé que era para que no
me mojara y abrigarme, luego me colocaron una mochila, para ello me
desatarón las manos, cosa que agradecí, pero pasaron la mochila y
luego me las ataron al collar y cuando pensaba que nos íbamos a ir,
recogieron el plástico queme habían colocado y lo colocarón por
encima de la mochila, cosa que deducí por el comentario de una de
ellas “Así no se mojará la mochila”.
No
sé lo que había en la mochila, solo sé que era muy pesada, tanto
que me costaba andar, cosa que poco les importaba, pues a cada
momento me azotaban para que andara más deprisa...
Desnudo,
descalzo, cargado de algo que no se que es, a ciegas sólo sé que
estoy atado a una cadena que tira de mis testículos y alguien que
desde atrás me viene azotando en cada momento que intento a minorar
la marcha, dolor doble, por un lado los tirones de mis testículos
que a veces me cortan la respiración y por otro los agudos golpes de
alguna vara de algo sobre mi carne, si a esto le sumamos alguna que
otra piedra que se clava en mis desnudos pies, el viaje se hacía
cada vez más insoportable, si bien la emoción que mi mente nublaba
dejaba todas esas nimieces apartadas, estaba en medio de la nada para
mi, sin saber ni cuantas mujeres eran las que venían, ni si era un
sitio público, privado, si era visto por mucha gente o solo por esas
mujeres que acompañaban a Ella en esta aventura, seguía lloviendo,
la tierra cada vez más mojada, a veces los pies se enterraban en
ella, pero si paraba me llenaban de azotes, daba igual el lugar,
pantorrillas, muslos, culo, lo que quedaba de espalda, vientre, sexo,
en todas partes recibía, solo se libraba el espacio que la mochila
ocupaba.
Al
cabo de un buen rato de viaje nos paramos, una patada detrás de las
rodillas me hizo obedecer la orden que le seguía, “De rodillas
perro” que me dijo Ella y de rodillas me quedé, alguien me agarró
la nariz, me la cerró y sólo otra orden “Bebe”, enseguida un
líquido caliente recorría mi boca hacia mi garganta, un sabor
amargo y con olor algo amoniacal, pero con la sed que tenía era una
bebida angelical, bebí todo lo que pude, con cuidado de que nada
cayera, pero no fue solo una, sino todas, o eso pensaba yo,pues
cuando cinco había contado, otra se puso a orinar dentro de mi boca
también, ya casi no podía tragar tanto líquido, enseguida me Ella
me ordenó que me levantara, cosa que hice a pesar de ella pesada
mochila, alguien se dedico a jugar con mi pene, cosa que agradecí,
pero poco duró el gusto, tiraron del prepucio hacia afuera y noté
como algo lo ataba fuertemente por lo que imaginé que ya no podría
mear hasta que me lo soltaran, solo de pensarlo los pelos de punta se
me estaban poniendo.
Escuché
una vos que me decía ”Sólo mearás cuando nosotras queramos,
perro de mierda” todavía no hemos empezado, “Camina, basura
humana” fue lo siguiente que escuché”, cosa que hice, si bien no
por las palabras sino por el tirón de los testículos que casi se me
arrancan, no se veían, pero las lágrimas de mis ojos salían del
dolor, estuvimos otro buen rato caminando y , como ya era normal,
azotándome a cada momento en cualquier lado asequible.
No
té que mis pies pisaban un sitio seco, no llovía y estaba un poco
más cálido que antes, imaginé que estaríamos, por el olor a
estiércol, en alguna granja, pero seguía sin ver nada, de repente
un empujón casi me tira al suelo, solo que alguien me sujetó del
otro lado, la misma operación una y otra vez, risas, carcajadas, más
risas, más carcajadas de ellas se escuchaba, estaban jugando con su
muñeco, muñeco al que ni siquiera la mochila le habían quitado,
hasta que una fuerte patada en el estómago me tiró al suelo, me
retiraron la mochila, no sin antes soltarme las manos, manos que me
ataron de nuevo, pero esta vea a algo que me las mantenía separadas,
lo mismo hicieron con las piernas. Me dejaron un rato así en el
suelo, cosa que agradecí, pues ya estaba empezando a estar
totalmente agotado, tanto caminar, emoción, novedades, dejarme
llevar de los huevos atado, nunca mejor dicho, vejado, humillado,
utilizado, azotado, etc. Demasiadas emociones juntas, pero el juego
seguía, por lo que se descanso me venía de maravilla, si bien ni
idea tenía de lo que continuaría....
No hay comentarios:
Publicar un comentario