La Reina Eva


La Reina Eva


Capítulo primero

Tarde de reuniones en Madrid, reuniones de negocios agresivas donde mucho costaba poder llegar a acuerdos ventajosos para mi empresa, tarde agotadora, pues llevaba varias semanas preparando este encuentro y no le veía mucha salida. Tenía que cerrar varios negocios con diversos empresarios rusos y, a pesar del intérprete, no había forma de entender los matices de los acuerdos lo que hacía que fuera imposible llegar a alguno.

Al cabo de un sinfín de negociaciones y horas de peleas sin fruto alguno llegamos a un acuerdo final con los empresarios rusos.

Estaba agotado, pero necesitaba distraerme un poco, mejor dicho, un mucho, demasiada tensión al borde del infarto, necesitaba unas vacaciones o me hundía poco a poco sin remedio.

Pasé todos los datos de los acuerdos a la secretaria y le dije que me iba a tomar unos días de asueto, que ya le llamaría de vez en cuando, pero que asumía todo el control mientras yo estaba fuera, no era la primera vez que lo hacía, además, para eso la contraté.

Todo el papeleo firmado se lo mandé por mensajería, mientras quedaba para cenar con una amiga mía que hacía tiempo que no veía.

Eva, te apetece cenar esta noche conmigo le pregunté después de marcar su número de teléfono, me dijo que sí, que la recogiera en su casa a las 22.

Eran sobre las 9 de la noche, tenía que atravesar todo Madrid para llegar a su casa, cogí un taxi y fui a recogerla. Estaba impaciente, era mucho el tiempo que hacía que no la veía, teníamos ambos unos gustos un poco raros, raros para el resto de la gente, para nosotros eran muy normales, gustos de sumisión, dolor, humillación, ella una dómina travestí con un cuerpo precioso, la envidia de muchas mujeres que ya quisieran tener ese cuerpo femenino y bien formado, cuerpo que a los hombres vuelve locos....

Llegue a donde me esperaba, subió al taxi y nos fuimos a cenar a un restaurante de lujo, ella siempre preciosa, mientras nos servían la cena empezamos hablando de nuestro pasado y nuestras vidas hasta que le comenté lo estresado que estaba y que necesitaba un poco de descanso o algo para distraer mi mente de todos los problemas que estaba teniendo. Ella me dijo, no pienses en nada, como y déjame esto a mi, te vienes a mi casa y no pienses en nada hasta dentro de una semana por lo menos, empecé a poner peros, pero me calló la boca, solo me dijo “confía en mi”.

Terminamos la cena, nos fuimos a su casa, llegamos, pagué el taxi, llamé al hotel para decirles que estaría unos días sin ir por allí, subimos a su casa, una vez entro me repitió “confía en mi”.

Ahora quítate toda esta ropa, todo, quédate completamente desnudo. La mira con cara de estupefacción, pero con su mirada me convenció para que me desnudara y le entregara toda la ropa, todo lo que llevaba, se llevó todos mis enseres y apareció con un collar de perro, de piel negra con clavos y una cadena, collar que me colocó y lo cerró con un candado, luego enganchó la cadena y me ordeno que le siguiera a cuatro patas.

Me estaba peleando conmigo mismo, debatiendo el como estaba yo a cuatro patas arrastrado por una cadena que mi amiga Eva llevaba de la mano, sabía a que se dedicaba, pero nunca me había entregado a ella ni me había pasado por la cabeza el que me trataría como a un perro, al llevar un par de vueltas empecé a relajarme un poco y mi mente aflojando un poco esas peleas internas con las que me estaba debatiendo, hasta que llegó un punto en que me dejé llevar por ella e ir olvidando todo lo que estorbaba en mi cabeza.

Llegamos a una sala, toda una mazmorra muy bien equipada, solo de verla mi mente ya quedo en blanco, había de todo, equipada con todo lo que uno podía necesitar en este ambiente, antes de que dijera nada me colocó una bola negra en la boca, bola que ajustó fuertemente en la nuca, se subió encima mía y empezó azotando mi trasero con una fusta al tempo que me ordenaba andar por toda la sala a cuatro patas y con ella encima, sin parar de darme fustazos, solo unos raros sonidos de mi boca salían...

Lo curioso es que esto empezaba a gustarme, un juego entretenido al que nunca había jugado ni sabía por donde iba, solo sabía que existía ya que Eva algo de ello me había contado.

Después de un buen rato haciendo de caballito y habiendo babeado todo la sala me ordenó que me levantarme puso unas muñequeras que enganchó a un cable que del techo bajaba, colocó unas tobilleras que cogían medio pie en los pies y las enganchó a una barra abriéndome las piernas a tal punto que casi me las descuajaringa del esfuerzo y tensión a que estaban sometidas, me tapo los ojos con una venda y me dejo un rato de esta forma, al techo medio sujeto, pues solo son los dedos de los pies podía apoyarme, los brazos acumulaban la tensión de todo el peso de mi pesado cuerpo. De pronto unos pinchazos recorrían mi cuerpo, pinchazos que más bien parecían como si de una rueda de agujas toda la piel me iba pinchando, mis labios, mis pechos, mis pezones, bajando por la ingle donde se paró a jugar con mi pene, pero después de quitarle el prepucio, parecía que me lo iba a dejar como un colador, pero una agradable sensación me estaba inundando el cerebro, sensación que al pene la sangre le iba mandando y poniendo firmes, cada vez más y más hasta parecer que iba a reventar momento en que me lo ató por la base, apretando muy bien para que la sangre no se fuera a otra parte, cosa que noté pues cada vez más duro y rugoso se ponía, venas a punto de reventar ya tenía, mientras Eva me estaba masajeando el pene, estaba a punto de correrme y se paró, una especie de rabia me inundó, empalmado, casi a punto de correrme y me deja con las ganas, si no fuera por la mordaza que llevaba le hubiese dicho de todo y lo más fino hubiese sido PUTA CABRONA, pero no, no podía decir ni una palabra, solo una caricia de su mano por la mejilla me alegró un poco, pero solo un momento pues acto seguido dos guantazos en mi cara se cruzaron, creo que en este punto un par de lágrimas de humillación de mis ojos salieron, quería dejarlo todo y largarme, pero atado estaba, amordazado sin poder decir nada y ciego por la venda que mis ojos tapaba. Mucho tiempo tuve para pensar, pues algunos latigazos en mi piel se fueron sucediendo, latigazos que empezaron por mis nalgas, por mis muslos siguieron y poco a poco por la espalda fueron subiendo, latigazos que mi cuerpo estaban envolviendo y retronando al final del envolvimiento. Algunos en plenos pezones retronaron y un fuerte salto y retorcimiento me hicieron dar, sobre mi mismo me estaba retorciendo, más por mi propio peso volvía a bajar a mi posición inicial, la velocidad en que iban sobre mi piel cayendo aumentaba, más cosa extraña, me estaba corriendo a azotazos, ni en mis más raros pensamientos lo hubiera pensado, corrida infernal a base de azotes, el placer por el dolor mismo por ellos provocados, increíble de pensar si a ello no estás acostumbrado, pero si, una gran corrida a base de azotes me acababa de dar Eva.

Paró al cabo de un rato, cunado ya nada parecía que se podía sacar, me descolgó del techo, me hizo arrodillar y lamer todo lo que mi pene había soltado, cara de asco es la que ponía, con la venda puesta y el suelo lamiendo por donde ella me decía, cuando ya consideró que limpio estaba, otra vez me hizo levantar, pero por poco tiempo, pues las manos me las puso a la espalda y las volvió a izar haciendo que mi pompis en posición se pusiera, coso que enseguida noté algo que en mi ano quería entrar, cosa que le costaba, algo que al poco tiempo lo volvía a intentar, pero esta ves con más suavidad, algo llevaba que más fácil entraba, así me estuvo follando no se cuanto tiempo, cuando se cansó, me lo dejó dentro, me hizo arrodillar otra vez aflojando un poco el cable que me sujetaba las manos, pero sin soltármelas, momento que aprovechó para meterme su erecta polla en mi boca para que se la chupara, ascos me hacía, pero no importaba, en la boca la puso y la cabeza mes estaba moviendo, me estaba follando la boca una y otra vez, sin compasión, se corrió dentro y sin esperar más me metió otra vez la bola para que no escupiera su semen, una sensación de asco me estaba invadiendo mientras una voz me decía, no te preocupes, eso es tu única comida durante todo el tiempo que estés aquí.


Me bajo al suelo, pero sin soltarme y ahí me dejó, solo escuche un hasta mañana.




Capítulo segundo


No se el tiempo que durmiendo estuve, solo se que me despertó una vos que me decía, desayuna y unas manos que me quitaban la venda de los ojos y me soltaban del cable al que estaba atado, poco a poco fui adaptando la vista a la luz y lo primero que vi fue un comedero de perro con leche y algunas galletas, cuando fui a coger el comedero con las manos una fuerte patada en un lado me tiró por el suelo, “ con las manos no puedes comer, siempre con la boca, sin manos”, me puse a cuatro patas intentando meterla boca en el cacharro, no sin antes mirarlo con cara de asco, empecé con pequeños sorbos, poco a poco me fui animando y ya le estaba dando bocados e intentando coger la pasta que habían hecho las galletas con la leche hasta que no quedó nada en el comedero.

Me llevó a la ducha y sin quitarme los brazaletes, tobilleras ni collar me ordenó que me duchara, cosa que hice a gusto, pues me sentía sucio después de toda la noche usado de esta forma. Algo había conseguido, en toda la noche no había pensado en nada de mis negocios ni mis problemas, molido por los palos y las humillaciones que me había dado Eva, me sentía fresco, mentalmente fresco.

Al terminar la ducha me hizo secar y pasar otra vez a la mazmorra, no se ni la hora que era, pero era ya tarde, pues la poca luz solar que entraba era de un atardecer.

Encima de un mueble vi una falda muy corta preparada, unas medias, un corsé, y algún complemento femenino más que no se distinguía muy bien al estar tapado con las demás prendas, en el suelo, unos zapatos de tacón muy alto, grandes como para mis pies, mis ojos no paraban de mirar esa ropa, no sabían para quien era, si bien allí no había nadie más que Eva y yo.

Ató mis manos otra ves al gancho, me volvió a abrir las piernas con esa barra y me dejo de nuevo un rato ahí.

Apareció con una cacharro de esos lleno de cera para depilar, cera que sin miramientos empezó a ponerme por el cuerpo y tal como se iba enfriando tirando de ella logrando sacarle las lágrimas de dolor y algún que otro chillido, así una y otra vez hasta que acabó con todo mi cuerpo, incluidas los genitales que se quedaron al rojo vivo y sin miramientos los llenó de alcohol puro haciendo que me ardiera a rabiar todo el cuerpo.

Eva se puso detrás mía y de pronto noté algo que en mi culo se metía hasta el fondo, momento en que noté que mi esfinger se cerraba algo pero lo que había entrado dentro seguía, luego me ató el pene por debajo del glande y este atado a esa cosa que me había puesto antes en el ano, me sentía muy raro, luego sacó un sujetador, pero un raro sujetador, pues me lo enganchó a los pezones, no llevaba otra sujeción, y no se como poco a poco fue tirando de los pezones y cada vez quedaba más sujeto y quieto, me puso la corta falda,parecía que no tapaba nada, luego me puso las medias, con unas gomas queme las sujetaban en la mismísima ingle, unas medias rojas transparentes, luego me colocó los zapatos de tacón, zapatos con los que no era capaz de andar, y una blusa muy fina y corta, como un top casi, pero un poco más largo.

Ya estaba vestida, ahora solo faltaba que me maquillara, cosa que no tardó mucho, maquillaje, labios pintados, sombra de ojos, pestañas con rímel, no me veía porque no había espejo, pero me sentía ridículo, después me colocó una espesa y larga peluca morena, me soltó las muñequeras y las tobilleras, pero el collar me lo dejó puesto, una puta con collar pensé que parecía.

A duras penas podía andar, salimos de su piso y empezamos a andar por el pasillo del edificio, Eva me dijo o vienes sola o te llevo arrastras con la cadena, pero anda ya... Intenté seguirla con esos zapatos, zapatos imposibles para andar, entramos en el ascensor, una vergüenza enorme recorría mi cuerpo, la cara completamente ardiente y sonrojada, más cuanto cada persona que entraba en el ascensor solo decía, “hola Eva, bonita perra llevas hoy, cada día más buenas las elijes ”.

Salimos a la calle y con la cadena puesta andando por las calles del centro de Madrid, vestida de puta y con el collar de perra con una cadena arrastrada por Eva, no sé cuantas manzanas me tuvo yendo así, pero acabamos en el metro camino a no se donde, la gente metíendome mano y algunos restregándome la polla por mi culo como quien no quiere la cosa, pero eran penen ya bien empalmados, bien erectos, la Eva mirándome a los ojos, con una cara de satisfacción, los demás rozándome con sus penes, ella casi la baba se le caía de felicidad de verme de esa forma prostituida.

Salimos de la estación del metro hacia no se que parte, bastante preocupado estaba con la pinta que llevaba como para preocuparme de donde estaba. Nos paramos en un bar Eva pide un café y para mi dos aguas de medio litro, me las hizo beber las dos. Pagó y nos fuimos de nuevo no se ni adonde ni a que parte, solo se que los pies me estaban matando, los muslos y las pantorrilas me dolían a matar, caminar con esos zapatos no podía ser bueno, todas mis piernas doloridas y mis pies creo que estaban ya sangrando del dolor que me proporcionaban. Llegamos a un edificio, como de lujo, con portero y todo en la entrada. “Buenos días Señora Eva, le están esperando, entramos hacia dentro, la entrada llena de gente, gente mirándonos, bueno, eso pensaba yo, pensaba que me miraban todos las piernas y el culo que pensaba que se me veía, lo que llevaba en el culo y el pene atado, la sensación es que todo se me veía, que iba totalmente desnudo, pero no, estaba vestida de puta barata, con collar y cadena sujetada por Eva. Vergüenza tanta en mi vida había pasado.

Entramos en el ascensor, joder, hasta con ascensorista, el tío no paraba de mirarme, a lo que Eva le dice, venga métele mano, ¿es lo que deseas no? Ni corto ni perezoso, la mano empezó a meterme y a jugar con mi atado pene, pene que ya empezaba a tener unas ganas de mear enormes, pero atado como estaba imposible, Eva lo estaba notando, no para algo me había hecho beber un litro de agua de golpe, el muy cabrón del ascensorista le dio varias veces a subir y bajar sin dejar abrir las puertas y seguía metiéndome mano sin parar e intentando que me erectara, cosa que al estar atado me dolía cada vez más, juntado con las ganas de orinar, la tortura cada vez más fuerte.

Al final legamos no se a que piso, Eva le dio un beso en la boca al ascensorista y una fuerte palmada a mi culo para que saliera, recorrimos todo el largo pasillo hasta llegar a una puerta, puerta diferente a las demás, esa era de hierro negro pintado....




Capítulo tercero

Atravesamos la puerta, todas las paredes de negro, solo el centro iluminado con varios polipastos de cadena colgados del techo, sus correspondientes ganchos a media altura, mucha gente encapuchada que se fundía con el color de las paredes por el color de sus túnicas, sin ver la cada a nadie, quietos como estaban, nada identificaba, ni el sexo ni la edad de los encapuchados, solo Eva y yo en el centro, Eva me puso unas muñequeras las cuales enganchó a uno d ellos polipastos y me dejó apoyado sólo con la punta de los dedos del pie, postura cada vez más dolorosa, pues la espera se hacía interminable.

Eva había salido y ya no la vi más, no sabía si allí estaba encapuchada con el resto o me había allí abandonado, pero confiaba en ella por lo que me conformaba en pensar que estaba allí, aunque no la viera.

Los encapuchados poco a poco y uno tras otro pasaron por mi lado, cada uno metía mano donde le parecía, mi pene seguía atado y yo con ganas de orinar, si bien lo que algo eso me hacía olvidar era todas las novedades que estaban sucediendo.

No sé cuanto tiempo llevaba allí colgado, solo se que entre ellos se pusieron ha hablar, había voces masculinas y femeninas, se enzarzaron discutiendo sobre el porqué iba vestido, que allí las putas como yo solo podían estar desnudos y como única prenda los zapatos de alto tacón.

Al cabo de un rato de discusión se acercaron uno tras otros, en fila india y cada uno me proporcioná un buen guantazo en cada mejilla, a cada guantazo me cabeza perdía el equilibrio y rebotaba hacia el otro lado, la sensación me daba de que algún hilillo de sangre por mis labios ya estaba saliendo.

Se apartaron todos, menos uno, sacó una navaja de un bolsillo, recogió un poco de sangre de la que de mis labios salía, me la enseño para que la viera, lo tome una amenaza y un preludio de lo que se avecinaba, con la misma navaja la sangre antes recogida en mis mejillas limpió, pasando la punta, que por cierto bien afilada, por cada cm. De mejilla estremeciendo mi piel a su paso, juego que fue bajando poco a poco, pasando por el cuello, hacia mi pecho, lugar en donde empezó a cortar la poca tela que encima llevaba, tela que al suelo cayo son aposición alguna.

La punta de la navaja seguía con mi pecho jugando y con las copas de mi extraño sujetador. Sin más de un fuerte tirón me lo arrancó haciendo que un fuerte chillido de dolor saliera de mi boca al arrastrar mis pezones con el, dos guantazos sin piedad en mis mejillas volvieron a caer, pero esta vez con mucha mas fuerza si cabe, todo el firmamento por mi mente estaba pasando y el juego no había empezado.

Al llegar a la corta falda la fue rajando en finas tiras pero sin cortarlas del todo, cortes que ya se encargaba de que en mi piel alguno se marcara, un rato después, al terminar el corte de tiras y algún que otro corte de piel con algún minúsculo reguero de sangre, me cogió del mentón la cara y me espetó, esto se quitará a latigazos, al igual que las medias, se te va a quitar todo, pero sin usar mano alguna.... Desearás no haber venido, pero ya que aquí estás lo disfrutaremos.

Tan acojonado estaba que las ganas de orinar ya me estaban desapareciendo, cosa que se debió notar, pues me bajaron de nuevo sin soltarme y empezaron a orinar tanto ellos como ellas en mi boca haciendo que me lo tragara todo, cosa que casi imposible fue, mi cuerpo no daba para tanto liquido, y mucho menos de una atacada.

Me volvieron a izar, pero esta vez me pusieron una barra en las piernas que me las dejó más abiertas de lo que yo pensaba que era capaz, la sensación y el dolor que me proporcionaba era de que me las iban a arrancar, pero no lo hicieron, las dejaron así, eso sí, solo con el mínimo apoyo de unos pies que ya no sabían como hacer algo de fuerza para no forzar demasiado los brazos, brazos que me da la sensación de que se me están alargando de tanto estar en tensión, tensión cada vez más y más insoportable, pero soportada por la fuerza, de ahí no me podía librar.


Me terminaron de izar ya sin apoyo alguno al rato largo de ahí estar, un fuerte empujón balanceándome me dejo, cerré los ojos para no marearme, un fuerte latigazo en mi piel se descargó, cosa que retorcerme me tocó, más ahí la cosa no paró, uno tras otro en cualquier parte del cuerpo iba cayendo, mis retorcijones cada vez más intensos, sin control alguno pues de cualquier parte venían, vientre, espalda, piernas muslos, sexo, pezones, pecho, hasta algunos en la planta de los pies, colgado me estaba debatiendo entre los latigazos que por todas partes recibiendo estaba, la excitación que mi atado pene estaba recibiendo a punto de una gran corrida estaba, corrida que contenida quedó, pues de el su atadura no le dejo, pero uffff, que dolor me estaba dando, más que los latigazos y las ganas de mear aumentado estaban y yo sin nada poder hacer, a punto de reventar estaba, momento en que me bajaron, el pene me soltaron y ahí me dejaron con un cubo debajo para recoger todo lo que de ahí saliera, cuanto más orinaba mis testículos más me dolían, pues el cubo de ellos estaba colgando, cosa que con el dolor y las ganas cuenta no me había dado, pero de orinar no podía parar, demasiadas ganas tenía ya, pero cada vez pesaba más y más y ahora esos testículos míos desesperados empezaban a estar.

Al rato terminé de orinar, pero ahora tenía otra osa que no me dejaba están en paz, no había nadie en la sala, yo colgado y los testículos a punto de reventar por el peso del cubo, si me movía peor, más de ellos tiraba...

La noción del tiempo llegue a perder, mejor dicho, ya no la tenía hace tiempo, pero unas manos suaves, femeninas me estaban acariciando mi sexo, este ya sin el cubo que de el colgaba, luego bajó la cadena y me soltó, mientras mis brazos acariciaba para darle circulación de sangre, cosa que al poco consiguió, pero una vez hecho esto me las volvió a atar a la anilla del collar por la espalda, una cuerda por la base del pene y testículos amarró y de rodillas me hizo caminar por todo el lugar, cada vez que paraba un poco o disminuía la velocidad una buena patada en mis partes recibía, patada que retorcijones me daba hasta en alguno en el suelo me quedé, ME levanto en peso con la cuerda con el correspondiente dolor en esas partes recibido, me tapó los ojos, me hizo sentar sobre mis pantorrilas y algo coloco en mi cuello que no me permitía moverlos, la cabeza algo inclinada hacia atrás estaba, pero algo, sin esperarlo, me abrió la boca, algo caliente como si de un pene se tratara y así hasta que un tibio y espeso líquido de el salió, líquido que en la garganta algo rasposo quedaba y allí esa rasposidad permanecía, en principio arcadas me daban, pero lo mismo daba, ahí no podía moverme ni hacer nada, nada más salir uno entraba otro y así durante mucho tiempo, luego se cambiaron por mujeres, pues solo lamer su parte me dejaban, una y otra vez, y en cuanto aflojaba, un fuerte latigazo a lo que fuera sobre mis brazos que en la espalda estaban recibía, otros en la planta de los pies que disponibles y expuestos se veían, tiempo infinito, pues al las mujeres acabar los hombres volvía a empezar, pero esta vez se corrían en la cara dejando correr el semen por toda ella y que bajara por todo mi cuerpo.

Tiempo después, con las piernas agarrotadas de tanta inmovilización las piernas me soltaron, pero una cuerda por mi cintura colocaron elevando después esa parte para que mi ano quedara bien disponible, cosa que aprovecharon para con un buen consolador ir dándome todos, unos tras otro, sin parar, tenía la sensación de que me iban a a travesar todas mis tripas con esos bichos, parecían cada vez más gordos y largos, cosa que no me dejaban ver como eran, curiosidad no me faltaba...

Vístete, escuché una voz, y no era la de Eva, temblando me quedé, no veía ropa alguna, solo algunos jirones que me quedaban de la pequeña falda que todavía me quedaban y las rojas medias todo rotas ellas, de los zapatos, ya ni me acordaba, puestos los tenía, pero con los pies llagados nada tenían que ver con el resto de cosas que me hicieron, seguía mirando estupefacto si algo más había para ponerme, pero no, solo un trozo de tela blanco todo roto, trozo que cogí e intenté ponerme encima, pero no había con que sujetarlo.

Me dieron la correa del collar, la peluca que se había caído no se el tiempo que hacía me sacaron al pasillo del edificio y allí me dejaron, no sabía ni la hora, ni si era de día, ni de noche, el pasillo no tenía ventanas que me dieran alguna información, yo completamente desnudo, menos algunas tiras que le quedaban a la falda o lo que era en sus tiempos una falda, algo de tela blanco en mis manos, sin identificación, sin nada más que los pingajos que llevaba, totalmente desnudo me sentía, lleno de semen por todos lados, tanto mi cuerpo como la peluca y con el collar de perro y una cadena.....

Me acerco al ascensor y, como no, allí estaba el ascensorista cachondo con una media sonrisa me saludo y me dijo, sígueme, bajamos con el ascensor hacia los aparcamientos, le sigo y me dice, te puedo dejar así de esta guisa por aquí para que vuelvas con Eva o dejar que te joda a que mismo y luego te acompañe, es lo que me ha dicho Eva que te diga y que elijas, también me ha dicho que si vas solo se pensará a ver si te abre, pues me ha autorizado a que te de por culo y que me la chupes hasta que me de la gana...

Me dejé llevar, pero que lo de antes no podía ser, pero para empezar me ató las manos con la cadena a una columna del garaje, se sacó la correa y empezó a azotarme con la hebilla por toda la espalda, colo y muslos, cuando me tuvo bien caliente y el también lo estaba empezó a darme por culo hasta que se corrió, me soltó las manos y me ordenó que se la limpiara con la boca, sin miramientos y antes de reaccionar ya me la tenía dentro hasta la mismísima garganta. Como pude le limpié y sin soltarme me metió a la parte de atrás del coche, salimos de ahí hasta llegar a casa de Eva, aparcó, pero me cogió de la cadena y me paseo varias calles por el centro de Madrid regodeándose de de pasearme de esta manera, el morbo estaba servido, llamó a la puerta y Eva abrió, subí con el ascensor al salir miré bien si había alguien por el pasillo, en el fondo tampoco me importaba mucho, pero la pinta que llevaba.....

Al entrar a su casa me miró de arriba abajo y empezó a reírse de verme como estaba, al tiempo que se veía como se estaba excitando, sin soltarme las manos que todavía llevaba atadas me la metió en la boca para que se la chupara una y otra vez. Una vez acabado, me ordenó ducharme, cosa que hice, pues olía a semen a distancia y ni yo mismo me soportaba este hedor.


Cuando salí vi todas mis pertenencias sobre una mesita y me dijo que me vistiera que mi avión salía en 90 minutos y teníamos que llegar al aeropuerto y embarcar.

Me visto, recojo todo, es decir, la cartera y el móvil y cogimos un taxi hacia el aeropuerto, Eva me acompañó, al rato sonó el teléfono, era mi secretaria, estaba emocionada, acababa de recibir muchos pedidos de clientes nuevos, no se explicaba el porqué, pero que así era.

Colgué, Eva me mira y me dice, acabas de salvar tu negocio, pero quiero que cuando te llame y te diga que vengas lo hagas, pero eso sí, sin preguntas, simplemente vienes y haces lo que te digo. Lo mismo que he lanzado tu negocio, con tu ayuda y colaboración ,claro, también tendrás que ayudarme en otros casos que me hagas falta. Además, de estrés ya no te queda ni rastro...

Estaremos en contacto.

Me dio un beso en todos los morros y me dejó a la entrada del aeropuerto, se marcho sin mediar ninguna palabra más.

En el camino intentaba como había salvado mi negocio, quienes eran todas esas gentes encapuchadas y muchas más preguntas sin respuesta que seguro mucho tiempo en mi cabeza estarían y lo que dijo Eva, cuando te diga ven, lo dejas todo y vienes, sin preguntas.....

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